El programa de Alojamientos compartidos, una experiencia muy enriquecedora

Redacción BurgosNoticias 
22/07/2018 - 13:53h.

Cada vez son más las personas interesadas en el programa de Alojamientos Compartidos de la Universidad de Burgos que la institución académica ofrece a los estudiantes y a las personas mayores. Desde que se creó, en 2006, hace doce años, 100 personas han participado en este programa que trata de mejorar la calidad de vida de las personas mayores de 60 años, así como de los jóvenes universitarios fomentando la ayuda mutua.

Los alojamientos compartidos entre personas mayores y universitarios son una opción muy interesante para los mayores que no quieren vivir solos y desean estar acompañados y también para los estudiantes que prefieren estar en un hogar compartiendo su vida con una persona mayor.

La Universidad de Burgos anima a todas las personas mayores, que deseen acoger a un estudiante en su casa a participar en este programa y a solicitar información a la Universidad de Burgos a través del teléfono 947 25 9377. También recuerda que la soledad es un grave problema para muchas personas mayores, ya que puede desembocar en otros aún más graves.

En definitiva, el Programa pretende dar respuesta tanto a las necesidades de compañía y apoyo de las personas mayores como a las necesidades de alojamiento de estudiantes durante el curso académico.

Ambos adquieren una serie de compromisos y tienen una convivencia basada en el diálogo y el respeto mutuo, pero si bien es cierto que cada año aumenta notablemente el número de estudiantes interesados, el de personas mayores no tanto.

Este servicio supone –como señala Lourdes Bustamante, responsable del Programa de Alojamientos Compartidos- una experiencia inolvidable y un intercambio solidario y no lucrativo basado en la convivencia entre dos generaciones.

Mientras que la persona mayor ofrece al universitario un alojamiento gratuito en su domicilio, el estudiante deberá colaborar con la persona mayor en las tareas que entre ambos decidan y contribuir en los gastos que genere su estancia (agua, luz, comida, etc.).

A cambio la persona mayor ofrece al universitario un alojamiento adecuado a sus necesidades, sin que ésta tenga que pagar el alquiler de la vivienda.

Previo al inicio de la convivencia, se concretan las condiciones para llevar a cabo el alojamiento, así como las obligaciones de las partes.