VUELTA A BURGOS
Aramburu se quita la espina del Castillo y se corona en Clunia como sucesor del burgalés Barbero
Uno de los finales de etapa más bellos –todos los de esta edición lo están siendo— es el que ha protagonizado Alex Aramburu llevado en volandas por su compañero Jon Aberasturi en la meta de la ciudad romana de Clunia. Sosa pierde seis segundos con Carapaz y De la Cruz está a 30 segundos.
16/08/2019 - 17:00h.
Un final explosivo del equipo Caja Rural ha permitido a Aramburu llevarse el triunfo en la Vuelta a Burgos en otro final épico en Clunia. El vasco ha hecho una demostración de fuerza y se ha resarcido del segundo puesto de la primera etapa en El Castillo de Burgos. Si bien es cierto que el golpe de pedal de Aramburu fue mortal de necesidad, su compañero Aberasturi le preparó a la perfección la llegada.
Pero la lectura de la etapa de hoy va por otro camino. El ecuatoriano Carapaz le robó seis segundos en la general al colombiano Iván Ramiro Sosa con lo que la etapa de mañana en Neila puede convertirse en decisiva ya que el corredor de Movistar está a 28 segundos; a 17 está el ciclista de Murias Oscar Rodríguez está a 17 segundos y a 24 Pedrero. Con lo que se augura un final más que emocionante en Las Lagunas de Neila.
Inicios
Nada más empezar la etapa en Atapuerca se formó una fuga con los corredores Alexis Renard, de Israel Cycling Academy; Jimmy Turgis, de Vital Concept; Ángel Madrazo, del Burgos BH, Ibai Azurmendi y Asier Etxebarria, del Euskadi; Antonio Puppio, del Kometa y Simon Pellaud, del Excelsior que en Castrillo del Val llegaron a tener una diferencia máxima de 3,30 minutos a su paso por Arlanzón. La ventaja fue disminuyendo paulatinamente.
En la subida al Alto del Majadal se rompía el grupo de cabeza y coronaban por este orden Pellaud, Madrazo, Azurmendi y Turgis, pero este ya a 36 segundos de los tres primeros, tras él Puppio y Renard; le pelotón lo hacía a 2,35. Poco después, Etxebarria era absorbido por el gran grupo.
Para entonces Movistar ya había impreso un ritmo muy fuerte al pelotón que iba sin tregua ya a por los escapados. Poco a poco las diferencias de los escapados se iba reduciendo de manera drástica después de la velocidad que Israel Academy e Ineos habían impuesto, dando relevo al equipo telefónico.
Al final, a falta de 10 kilómetros, el gran grupo engulló a cuatro de los seis escapados. Sólo aguantaron, por muy poco tiempo Renard y Pellaud que fueron cazados a falta de seis kilómetros el segundo y un poco más adelante el francés del equipo israelita.