MIRANDA

La Casa Palacio de los Condes de Berberana sale a la venta por 750.000 euros

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La casa solariega, más conocida como la Casa de las Cadenas,  es un palacete del siglo XVI de la localidad de Miranda de Ebro. En ella se hospedó Napoleón Bonaparte y el rey Fernando VII de España

Redacción BurgosNoticias 
12/06/2019 - 13:15h.

El palacete fue construido a finales del siglo XVI, por la familia Gil Delgado que más tarde ostentaría el título de Condes de Berberana. En ella se hospedó Napoleón Bonaparte y el rey Fernando VII de España, que en 1828 colocó unas cadenas, como elemento ornamental y recuerdo de su estancia.

El edificio histórico inició su andadura en un contexto de declive para la otrora boyante producción lanera de Burgos. Aun así, la ilustre familia que promovió las obras consiguió que algunos de los mejores arquitectos de la época se hicieran cargo del proyecto.

El monarca decimonónico no sería, desde luego, el único huésped ilustre que acogió el edificio histórico. Hacia 1660, mientras el país trataba de recuperarse de la devastadora combinación de derrotas militares, malas cosechas, contracción comercial y rebeliones internas, la infanta María Teresa hizo noche en el palacio en su itinerario hacia París, donde debía contraer matrimonio con el todopoderoso Luis XIV.

Sin embargo, el episodio más turbio en la dilatada trayectoria de la casa señorial fue el vivido el 16 de agosto de 1837. En plena guerra carlista, el segundo general en jefe del ejército liberal, Rafael Ceballos Escalera, fue asesinado en la escalinata del palacio por su propia tropa, amotinada ante el impago de su modesta soldada.

Un proyecto hotelero y de turismo rural

En palabras de Robert Menetray, CEO de Lançois Doval, añade que "nos encontramos ante una propiedad única por características e historia. Esta Casa Palacio es ideal tanto para su uso como hotel con encanto o restaurante, así como exclusiva residencia particular".

El palacio reúne todos los ingredientes para fascinar a los visitantes. La vivienda actual conserva tanto la fachada como la estructura original, al tiempo que las estancias han ido incorporando las comodidades modernas, pero sin renunciar a su estilo histórico.

Al igual que otros edificios de su categoría y época, a más de las dependencias destinadas a vivienda, la casona dispone de espacios que se destinaban a dependencias auxiliares, caballerizas, guadarnés, panera e incluso cuenta con un pequeño calabozo.

Se trata de un gran complejo de casi 2.000 m2, incluyendo las viviendas aledañas a la principal, que resulta ideal para un proyecto hotelero relacionado con el turismo rural.

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