En una época en la que la frase "Solo el pueblo salva al pueblo" resuena como un llamado urgente en contextos de crisis, en Burgos esta máxima se ha convertido en una realidad cotidiana. Aquí, pequeñas comunidades han tomado la delantera en la conservación de su legado, demostrando que el compromiso local puede salvar auténticas joyas patrimoniales del abandono. Ejemplos como Fuenteodra y Villamorón son testigos de una fórmula que combina la acción vecinal, el micromecenazgo y la pasión por la cultura para revitalizar monumentos que parecían condenados al olvido.
Fuenteodra y "La Dama de las Loras"
En el corazón del Geoparque Mundial de Las Loras, la iglesia de San Lorenzo Mártir, conocida como "La Dama de las Loras", emergía como un gigante dormido al borde del colapso. Fue entonces cuando la Asociación Cultural Manapites decidió intervenir, convirtiendo un desafío monumental en una historia de esperanza.
Desde 2020, la asociación ha liderado un movimiento de restauración basado en la colaboración y la creatividad. A través de campañas de micromecenazgo, venta de productos y la organización de eventos culturales, se financiaron trabajos cruciales como la restauración del tejado de la torre campanario y sus campanas, piezas emblemáticas del siglo XVIII. Este esfuerzo fue recompensado en 2023, cuando la iglesia pasó de la temida Lista Roja de Hispania Nostra a la prestigiosa Lista Verde, un logro que marcó un antes y un después en la conservación del edificio.
El rescate de "La Dama de las Loras" no es solo arquitectónico; también es simbólico y espiritual. Gracias a la investigación sobre su simbología, se descubrió el fenómeno conocido como el "milagro de la luz", donde un rayo solar ilumina el altar mayor cada 10 de agosto, día de San Lorenzo. Este hallazgo ha añadido un atractivo único al templo, que ahora no solo se percibe como un vestigio del pasado, sino como un lugar de interés cultural y turístico.
Villamorón y la "Catedral del Páramo"
A unos kilómetros de distancia, la iglesia de Santiago Apóstol, conocida como la "Catedral del Páramo", es otro ejemplo de resistencia cultural en una España vaciada. Desde hace más de 20 años, la Asociación Cultural Amigos de Villamorón ha trabajado sin descanso para detener la degradación de este majestuoso edificio del siglo XIII, considerado uno de los primeros ejemplos del gótico en Castilla.
El trabajo de la asociación ha sido meticuloso y constante: desde la restauración de cubiertas para detener filtraciones hasta la consolidación de estructuras internas y la protección de valiosos elementos decorativos. Entre sus proyectos actuales, destaca la restauración del retablo mayor, una pieza clave que, una vez recuperada, devolverá al templo parte de su esplendor original.
Además de la restauración física, los Amigos de Villamorón han trabajado para dar visibilidad al valor histórico y artístico de la iglesia, organizando visitas guiadas y publicando investigaciones. Este esfuerzo no solo ha asegurado la supervivencia del edificio, sino que lo ha convertido en un punto de referencia para la arquitectura religiosa de la región.
Comunidad y cultura: el motor del renacimiento
Lo que une a Fuenteodra y Villamorón no es solo la belleza de sus templos, sino el poder transformador de sus comunidades. En ambos casos, la implicación vecinal y el apoyo de donantes externos han sido fundamentales. Las asociaciones han demostrado que, incluso en pueblos casi deshabitados, el patrimonio puede convertirse en un motor de revitalización social, cultural y económica.
En un momento en que el abandono rural y la pérdida de identidad amenazan a tantas localidades, estas iniciativas son faros de esperanza. Nos recuerdan que el patrimonio no pertenece al pasado, sino al futuro, y que, con esfuerzo colectivo, "solo el pueblo salva al pueblo".
¿Y si en cada rincón de nuestra provincia tomáramos este ejemplo como inspiración?
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