El Burgos CF es derrotado en el Martínez Valero ante el Elche CF tras un gol de Mendoza en el minuto 25
El encuentro liguero de hoy situaba al Burgos CF en el Martínez Valero. Escenario de dificultad ante el que los de Bolo buscarían sus oportunidades en pesquisa de juego y sensaciones. El cuadro castellano saltaba al verde con modificación estructural en lo táctico y la novedad de Licha, Córdoba y López en el eje de la zaga, sustentando a Forns y Pipa Ávila por carriles; con la presencia de Atienza, González y Navarro en la medular, y de la pareja Curro-Espiau en frente de ataque. Delante, equipo de marcada vocación ofensiva y calidad, con los Salinas, Febas o Dituro como cabezales de un bloque en dinámica positiva. Primeros minutos de acción y de búsqueda de los espacios, con el Burgos CF empleándose a fondo en la defensa de su territorio. Buenas intervenciones de Cantero en este arranque, a sendos disparos de Salinas y de Y.Santiago, para preservar un resultado inicial que mantenía igualados los guarismos del electrónico.
Los hombres de Bolo aumentaban sus prestaciones tácticas en busca del cierre de espacios ante las acometidas de un rival que alternaba entradas por costados y carriles centrales. Buen trabajo colectivo que, sin embargo, iba a recibir reporte negativo con el gol de Mendoza, quién aprovechaba con habilidad un centro raso desde la izquierda para conseguir el primero de la tarde. Jarro de agua fría y situación compleja para un Burgos CF que tendría en un disparo de Edu Espiau su mejor acometida del periodo. Con la estructura trabajando para contemporizar los ritmos del partido, los visitantes desarrollaban durante toda la primera mitad un despliegue físico muy notable, tanto en ataque, como en defensa, para solventar los diferentes escenarios competitivos marcados por un rival que consiguió mantener la iniciativa del juego de su parte.
La segunda mitad arrancaba con cambios en las filas visitantes. Álex Sancris, Borja Sánchez e Íñigo Córdoba sustituían a Aitor Córdoba, Ian Forns y David González, y el equipo mudaba de estructura en busca del empate. Minutos de bloque alto y presión intensa, con aumento del número de efectivos en ataque, lo que favorecía la creación de juego cerca del área rival. El equipo se adaptaba a la exigencia de marcador, y los hombres de Bolo acercaban posiciones en veloces contragolpes, nutridos de opciones en la combinación. Sancris efectuaba un gran disparo para probar a Dituro, y a renglón seguido era Espiau quien rozaba el tanto, a buen pase de Curro, siendo derribado por un defensa rival en el área. Las ocasiones blanquinegras comenzaban a sucederse, y el equipo aprovechaba con calidad sus acercamientos para poner en apuros a un rival cada vez más incómodo.
El partido se igualaba y el ritmo de juego repartía opciones también para los de Bolo. Nuevos cambios, como el de Morante, o el de Fer Niño, en lugar del lesionado Íñigo Córdoba, sumaban mordiente a un equipo que iba a apurar sus oportunidades con todas las armas restantes. Líneas sobre salida rival, y amplitud de campo para aprovechar los espacios existentes, como fórmulas de una receta que mejoró notablemente el rendimiento de un equipo que se resistía a dejar escapar los puntos en juego. Con las espadas en todo lo alto, el encuentro ofrecía un intercambio de golpes en el que los burgaleses dejaron el alma en busca de una igualada que, finalmente, no llegó. Con el pitido final remataba un partido de cruel desenlace para un equipo que mereció mejor suerte.
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