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El Acueducto de Segovia, un emblema de ciudad

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Foto: Turismo Segovia

Segovia atesora uno de los más impresionantes conjuntos románicos de toda Europa, un magnífico y bien conservado Acueducto, que dejaron los romanos a su paso por Hispania. Su construcción data de principios del siglo II d. C., a finales del reinado del emperador Trajano. La parte más famosa es la arquería que cruza la plaza del Azoguejo.

Redacción BurgosNoticias 
06/03/2018 - 10:32h.

Único y monuemental, el Acueducto de Segovia es una de las más soberbias obras que los romanos dejaron repartidas por su vasto imperio. Fue construido para conducir hasta Segovia el agua de la Sierra. Es símbolo heráldico de la ciudad y su construcción fue atribuida al diablo, según una leyenda.

Foto: Turismo Segovia
Foto: Turismo Segovia
Este conduce las aguas del manantial de la Fuenfría, a 17 kilómetros de la ciudad. El agua se recoge en una cisterna conocida con el nombre de El Caserón, para ser trasladada por un canal de sillares hasta una segunda torre, llamada Casa de Aguas, donde se decanta y desarena, para luego continuar su camino.

Después llega hasta lo alto del Postigo, donde se asentaba la ciudad en torno al Alcázar, para acceder a la plaza del Azoguejo, donde salva la depresión con una arquería, que presenta todo el esplendor del monumento. En su parte más elevada mide 28 metros y en total, tiene 167 arcos.​

Está construido con sillares de granito asentados sin argamasa entre ellos. Sobre los tres arcos de mayor altura había en la época romana una cartela de bronce donde constaba la fecha y el constructor.

También pueden verse dos nichos, uno a cada lado del acueducto. Se sabe que en uno de ellos estuvo la imagen de Hércules Egipcio, que según la tradición fue el fundador de la ciudad.

En tiempos de Reyes Católicos, se colocaron en esos dos nichos la imagen de la Virgen del Carmen, aunque muchos creen erróneamente que es la Virgen de Fuencisla, patrona de la ciudad y la de San Sebastián, aunque hoy en día tan sólo se puede apreciar la primera talla.

Foto: Turismo Segovia
Foto: Turismo Segovia

La arquería del acueducto es el hito arquitectónico más importante de la ciudad. Se ha mantenido en activo a través de los siglos y quizás por eso haya llegado al tiempo presente en perfecto estado.

Hasta casi nuestros días proveía de agua a la ciudad de Segovia, y más concretamente a su Alcázar.

Leyenda

Según esta, se cuenta que una niña subía todos los días hasta lo más alto de la montaña y bajaba con el cántaro lleno de agua. Un día, harta de ello, pidió al demonio que construyera algún medio para que no tuviera que subir y bajar todos los días con el cántaro.

Por la noche, se le apareció el diablo y le concedió el deseo a cambio de que, si conseguía terminar el acueducto antes de que cantara el gallo, le tendría que dar su alma. La niña accedió y el diablo comenzó a construir el acueducto, momento en que la niña se arrepintió de haberlo deseado. Justo cuando le quedaba una piedra para terminar cantó el gallo, lo que hizo que el diablo fracasara y la niña no perdiera su alma. En el hueco que quedó sin colocar esa piedra es donde está ahora situada la estatua de la Virgen del Carmen.

De hace unos años y con el fin de preservar  el monumento, el Ayuntamiento segoviano decidió con buen criterio prohibir el paso de vehículos entre las arcadas.

Esta decisión planteada en 1992 se hizo debido también al gran deterioro que sufría el monumento por las inclemencias del tiempo, la contaminación atmosférica y los excrementos de las aves que anidan en el monumento lo que habían provocado la pérdida de 10cm de grosor en alguno de los sillares de granito en los últimos años.

El corte de tráfico bajo los arcos del Acueducto supuso la peatonalización de la Avenida de Fernández Ladreda y de la Plaza del Azoguejo, para disfrute de los segovianos y miles de visitantes.

Desde el Ayuntamiento de Segovia se siguen adoptando medidas de conservación del Acueducto, como ha sido la retirada de las señales establecidas junto al monumento.

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