La campaña 'La Salud Visual en las distintas etapas de la vida', del Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León, ofrece los principales consejos sobre la visión que deben tener en cuenta todos los conductores.
"Un control periódico del sistema visual es tan importante como el estado de la carretera o el vehículo. El óptico-optometrista juega un papel fundamental en la detección precoz de algunos problemas visuales que pueden resultar decisivos a la hora de conducir con la mayor seguridad".
Así lo advierte la vicedecana del Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (COOCYL), Ana Belén Cisneros, en la nueva entrega de la campaña La Salud Visual en las distintas etapas de la vida, que este mes se detiene en los principales consejos sobre la visión que hay que tener en cuenta para la conducción, especialmente en esta época vacacional en la que se esperan millones de desplazamientos.
La realidad indica que, aunque una cuarta parte de los conductores padece una anomalía visual, solo la mitad revisa su visión cada año, lo que resulta especialmente preocupante si tenemos en cuenta que el 90 por ciento de las decisiones que se toman al volante dependen de la información que nos llega a través de los ojos.
"Una visión deficiente no solo pone en peligro la vida, sino que también puede tener consecuencias legales, ya que es obligatorio cumplir con unos requisitos mínimos de agudeza visual para obtener o renovar el carné de conducir", añade la vicedecana.
El Reglamento General de Conductores establece nueve capacidades visuales para ponerse al volante en las mejores condiciones. Entre ellas, determina que el valor de la agudeza visual mínima –capacidad para identificar letras, símbolos u objetos en determinadas condiciones de iluminación– debe ser de al menos 0,5 para motociclistas y turismos, y de 0,8 para conductores profesionales. Además, es necesario vigilar el campo visual, la sensibilidad al contraste y una buena motilidad palpebral y del globo ocular.
Los problemas visuales que más pasan factura
Los problemas visuales que pueden pasar más factura durante la conducción son una graduación inadecuada, que incluso se agrava durante la noche, cuando la agudeza visual se reduce y el sentido de la profundidad es menos eficaz; las cataratas, por la aparición de borrosidad y sensación de neblina; la miopía nocturna, ya que con baja luminosidad la percepción del color disminuye drásticamente, se reduce el campo visual y la escena se ve desenfocada; y los deslumbramientos, o pérdida de visión de corta duración, de 3 a 5 segundos, tras la exposición a una luz más intensa que la iluminación general, que además aumenta con la edad.
No hay que olvidar tampoco que, a medida que cumplimos años, se van perdiendo facultades y habilidades, y está constatado que el aumento de edad es directamente proporcional al aumento del número de accidentes. En cualquier caso, es recomendable realizar al menos una revisión visual una vez al año y, si no se ha hecho, acudir al establecimiento sanitario de óptica antes de hacer trayectos largos, sobre todo si se va a conducir por la noche.
La normativa en vigor desde el 1 de enero de 2023 de la Dirección General de Tráfico establece la necesidad de que todos los conductores con defectos visuales deben ponerse al volante solo si cuentan con las herramientas necesarias para compensar el defecto refractivo. En la parte de atrás del carnet de conducir, abajo a la izquierda, aparece el número 12 para observaciones y si incluye el código 01.01 significa que necesitamos gafas para conducir, el 01.02, lentes de contacto, y el 01.06 para poder usar cualquiera de los dos sistemas de corrección.
Si se opta por pasar por el quirófano para una intervención de cirugía refractiva, hay que volver a renovar el carnet un año después y presentar en Tráfico el informe médico para lograr que desaparezcan los códigos de necesidad de corrección al volante y, por tanto, el riesgo de ser sancionados.
Si además somos présbitas, deben utilizarse unas gafas con lentes bifocales, o mejor aún, progresivas, o bien lentes de contacto multifocales, para ver bien la carretera, pero también el cuadro de mandos del vehículo.
En el caso de tomar algún fármaco que pueda alterar la visión, hay que seguir los consejos médicos y evitar la conducción. No se recomienda conducir tras un examen ocular con dilatación de pupilas hasta que no pase el efecto de la medicación.
Principales recomendaciones
Con todo, desde el COOCYL se establecen los siguientes consejos básicos para los conductores:
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